martes, 10 de enero de 2012

Dorian Serpa, artista urbano y tatuador desde Managua

Nos da mucho gusto presentarles un texto de Dorian Serpa, artista urbano y tatuador desde Managua, Nicaragua. Muchas gracias a Dorian por su interés y apoyo! Más informacion sobre él, en especial sobre su trabajo como tatuador, en su blog.




Mi nombre es Dorian Serpa (CHUCK) y vivo y trabajo en Managua (Nicaragua), ciudad en la que también he nacido, hace más de treinta años.


Hacer arte urbano en una ciudad cómo Managua, que de por si representa un delirio urbanístico, o quizás la negación misma del urbanismo, ha sido un experiencia muy particular de lucha en varios sentidos. Después del terremoto del 1972 de la vieja Managua no ha quedado mucho más que el esqueleto de la antigua catedral y la ciudad ha vuelto a surgir de manera desordenada y poco amigable para los habitantes. Así que aquí no había trenes que pintar, ni tampoco pilares de autopistas. Además, aquí tampoco se consiguen buenas latas y tapones. Nada de nada.


Cuando con un pequeño grupo de amigos comenzamos a pintar a mitad de los años noventa, tuvimos que luchar contra varios estigmas. En los años ochenta, con la revolución sandinista, el arte que se hacía en la calle (murales) tenía un contenido marcadamente político. En los años noventa, del otro lado, los poco que se podía ver de grafiti en la ciudad se asociaba con las pandillas. Así que tuvimos que afirmar primero que nuestro arte no tenía afiliación política, y al mismo tiempo que no éramos pandilleros.


Lo poco que pudimos conocer de la escena del grafiti en EEUU o Europa lo vimos en la televisión, así que podemos decir que el grafiti en Nicaragua se desarrolló de manera autóctona, y con varias limitaciones.

El resultado, creo, es bastante interesante. Creamos nuestro propio estilo. En lo que se refiere a mi trabajo, va de las letras hasta imágenes figurativas, desde cosas muy simples hasta piezas más complejas.


Comencé a tatuar casi sin querer, porque muchos amigos me sugerían comenzar y para apoyar a mi hermano que tenia un estudio de piercing y tatuajes y de repente se quedó sin tatuador. Pero al fin me gustó y aquí estoy. Mi tienda AK 47 TATTOO ya tiene casi nueve años de funcionar.


Considero el grafiti y el tatuaje como dos formas equivalentes de arte. Una se queda estática en una pared donde todas y todos las pueden ver, la otra va moviéndose por el mundo, en la piel de las personas que he tatuado.


También en el caso del tatuaje a lo largo de estos años he ido desarrollando mi propio estilo, reinterpretando a mi manera el clásico, el japonés y trabajando a mi manera las imágenes precolombinas.


En la actualidad estoy activo en el movimiento de grafiti de mi país y la región centroamericana, he pintado en Roma, Nueva York, Berlín y espero poderlo hacer en muchos lugares más. El grafiti sigue siendo una parte importante de mi desarrollo artístico, y me da mucha satisfacción personal.